Las vacas lecheras tienen una vista panorámica de casi trescientos grados (300°) sin tener que voltear la cabeza, esto supone que hay un pequeño lugar donde no pueden ver (área ciega) ubicado atrás de las ancas traseras. Hacer movimientos en el área ciega hace que los animales se pongan nerviosos y puedan patear, así que la forma más segura de acercarse a un animal es por el frente para que pueda ver cuando nos acercamos. Aunque las vacas tienen buena visión de lo profundo, cuando están en movimiento pierden la habilidad de medir la profundidad a nivel del suelo, para medir la profundidad el animal debe parar y bajar la cabeza, esto explica por que los animales paran de forma repentina y se agachan a mirar cuando hay objetos extraños en el piso. Así que pisos irregulares, rejillas de drenaje, objetos extraños o personas desconocidas paradas cerca de la cerca pueden hacer que un animal detenga su camino.
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