Las vacas adultas deben ser calmadas y mansas y deben tener una zona de conflicto muy pequeña, a las vacas les gusta la compañía de los humanos. Una buena forma de hacerlos mansos, es trabajar con las becerras cuando aún son jóvenes, acostumbrarlas a la presencia de los humanos, caminar dentro de los corrales para observarlas, llevarlas a la sala de ordeño antes de que vayan a parir y darles tiempo que exploren, que huelan y se acostumbren a los ruidos del interior.
Las vacas lecheras son animales que les gusta estar con más animales del hato y tienen el instinto natural de seguir al líder o ser el líder del corral. El separarlas del rebaño les causa estrés y angustia que se manifiesta como una perdida en la producción de leche.
Por ultimo, las vacas lecheras son animales que pueden causar heridas a los empleados si no se toma las debidas precauciones. Como en el manejo de cualquier animal grande, mantenga siempre suficiente distancia y una zona de escape. Evite que personal que tenga poca experiencia en el manejo de animales, entre en los corrales o mueva a las vacas.
Tanto la seguridad de los empleados como la tranquilidad de las vacas, serán importantes para tener una granja segura y productiva.
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